La hermana pequeña de la mítica "Miss Dior", el legendario perfume de la casa Dior creado en 1947 por los perfumistas Jean Carles y Serge Heftler Louiche no se despoja de su naturaleza "chypre" pero con la añadidura de una nueva frescura frutal salpicada de notas sabrosas y cautivadoras.
Para mi es ese tipo de esencia desenfadada que al instante te hace sentir bien, trasmite un sentimiento de felicidad como sólo los perfumes de Dior son capaces de trasmitir. En el no hay ningún atisbo de fatalidad, sino frescura y optimismo.
No nos engañemos y aunque personalmente adoro las fragancias vintage, nos encontramos ante un gran perfume con mucho cuerpo, personalidad y presencia, un perfume que resalta la feminidad de forma notable, de gran finura y delicadeza.
Es una fragancia dirigida a una mujer moderna y actual, discreta. Una mujer que hace de la sutileza su arma de seducción. Prudente pero decidida, segura de si misma y a la que no le avergüenza mostrar sus sentimientos.
Se podría decir que es un perfume primaveral. Creo que es el perfume ideal para asistir a un concierto al aire libre a finales de mayo, una mujer elegantemente vestida... Carolina Herrera tal vez. El cuarteto de cuerda interpreta unas piezas sueltas de Haydn, Mozart... para terminar con Rosamunda de Franz Schubert.
Para la elaboración de este chipre floral fresco que sublima las notas de la primavera, Christine Nagel emplea materias primas como la esencia de naranja roja, fresca y energizante y el nerolí, que es una caricia dulce con aroma floral. La esencia de Pachuli de Indonesia le da cuerpo y la elegancia característica propia de Christian Dior.
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