miércoles, 23 de marzo de 2011

Pour Monsieur de Chanel




Pour Monsieur nace en 1955 como la primera fragancia masculina de la firma francesa. Gabrielle Chanel pensó que necesitaba una fragancia para caballero con la que deleitar a sus amistades. Cabe recordar que por aquel entonces mademoiselle Chanel se codeaba ni más ni menos que con el mismísimo Pablo Picasso, con el compositor Igor Stravinsky o con el Duque de Westminster. A todos ellos va dedicada esta fragancia. Y nadie mejor que Henri Robert para llevar a cabo esta empresa, prestigioso perfumista de origen francés que se vió obligado a emigrar a los EEUU por culpa de las guerras.


Chanel y el Duque de Westminster


Es un perfume distinguido y refinado. Está en la línea de las fragancias de caballero frescas, con un toque empolvado, lejos de la opulencia de perfumes que giran en torno al pachuli, cuero u otras notas igual de intensas. Te encuentras con un frescor cítrico en las notas superiores, con un toque aromático de nerolí y naranja. En su corazón especiado encontramos el coriandro y el gengibre. El musgo de roble y la madera de cedro le dan un toque ligeramente amaderado en su ocaso.





Stravinsky
 Es una fragancia que evoca la vida artística e intelectual de la época. Uno puede imaginar a estos personajes reunidos en un café parisino debatiendo sobre cuestiones de la época, hablando de política y de arte.

Es un perfume de la antigua escuela, que recuerda al aroma de productos de barbería, jabón de afeitar y loción after shave. Muy refinado, muy elegante.



Henri Robert creo para Chanel otros dos perfumes míticos: Cristalle y el adorable Nº19, pieza magistral y de referencia en el mundo de la perfumería.

Imagino a una pareja elegantemente vestida bajando de un taxi. Valencia, calle de las barcas, teatro Principal. En el cartel, "Masterclass". Nuria Espert se pone en la piel de una María Callas que se encuentra en el ocaso de su carrera.
El paga el taxi y se apresura a bajar del vehículo para abrir la puerta a su acompañante. Entran, vestíbulo, muestran sus billetes al acomodador que les acompaña hasta sus localidades. Ella lleva Nº 19 y el Pour Monsieur...    la velada sólo puede terminar bien.



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